martes, 14 de octubre de 2008

Comentari Pg.28 - Doc.10




1. - L’objectiu de la filosofía es aclarir els pensaments, utilitzant la lógica.
- La filosofía no dóna resultats, sinó que aclara les preguntes que és fan.

2. La filosofía: Un aclariment.

3. Segons el text, la funció de la filosofía es aclarir aquells conceptes que no sebem. Wittgenstein afirma:“la filosofía no és una ciència, sinó una activitat”. Amb aquesta frase és refereix a què la filosofía, no s’encarrega d’investigar ni de coneixer, sinó d’entendre i intentar donar respostes íltimes.
La frase subrallada vol dir que la filosofía, aclareix els pensaments que a simple vista, poden semblar sense resposta(opacs), i que considerem difícils d’explicar. Wittgenstein, considera que a aquests pensaments els hem de posar uns límits molt precisos, per tal d’aclarir-los.

4. El text defensa el mètode analticolinguïstic, el cuald efensa que l’objectiu de la filosofía es entendre, i centra el seu interés en el llenguatfge.
Tot el contrari que el mètode empirista, que centra el seu interés en l’experiència sensible i la considera comn a font principal i el valor dels coneixements. També es pot comparar amb el mètode trascendental, degut a que el mètode trascendental, no intenta esbrinar quin és l’origen del coneixement, sinó que mira de fonamentra-lo i donar-ne raó.



5. En vida publicó solamente un libro: el Tractatus logico-philosophicus, que influyó en gran medida a los positivistas lógicos del Círculo de Viena, movimiento del que nunca se consideró miembro. Tiempo después, el Tractatus fue severamente criticado por el propio Wittgenstein en Los cuadernos azul y marrón y en sus Investigaciones filosóficas, ambas obras póstumas. Fue discípulo de Bertrand Russell en el Trinity College de Cambridge, donde más tarde también él llegó a ser profesor. Murió cerca de Elizabeth Anscombe, quien se encargó de que recibiera los auxilios de la Iglesia.
Ludwig Josef Johann Wittgenstein nació en Viena el 26 de abril de 1889. Al abandonar a sus abuelos paternos dejó el judaísmo para convertirse al protestantismo, él y su familia se mudaron de Sajonia (Alemania) a Viena, donde el padre de Ludwig, Karl Wittgenstein, ganó fuerza y admiración al volverse uno de los negociantes pioneros de la industria del acero y del hierro del Imperio Austrohúngaro. La madre de Ludwig se convirtió al catolicismo, y luego él la siguió, en encubierto desafío a su padre, aunque al morir no tuvo un entierro católico pues nunca practicó el Catolicismo.

Ludwig creció como el octavo y último de los hijos de una de las familias más ricas de Viena, donde se le ofreció un ambiente propicio para el arte y la intelectualidad. Sus padres eran aficionados a la música y todos sus hijos tuvieron dotes intelectuales y artísticas. La casa de los Wittgenstein atraía a gente culta, especialmente a los músicos. La familia recibía visitas frecuentes de artistas como Gustav Mahler. Toda la educación musical de Ludwig sería muy importante para él. Incluso utilizó ejemplos musicales en sus escritos filosóficos. Otra no tan afortunada herencia que pudo haber tenido fue la tendencia al suicidio: tres de sus cuatro hermanos varones se quitaron la vida. El otro (Paul Wittgenstein) se hizo pianista.
Wittgenstein mantuvo una posición muy crítica sobre sus colegas filósofos e incluso sobre lo que podían opinar de él otras figuras del ámbito científico. En sus opiniones, como siempre, no se mordía la lengua:
Me es indiferente que el científico occidental típico me comprenda o me valore, ya que no comprende el espíritu con el que escribo. Nuestra civilización se caracteriza por la palabra 'progreso'. El progreso es su forma, no una de sus cualidades, el progresar. Es típicamente constructiva. Su actividad estriba en construir un producto cada vez más complicado. Y aun la claridad está al servicio de este fin; no es un fin en sí. Para mí, por el contrario, la claridad, la transparencia, es un fin en sí. (Aforismos. Cultura y valor, 30)
Cuando acabó la Primera Guerra Mundial renunció a los $300 millones de lo heredado de su padre a favor de sus hermanas, con el acuerdo de que nunca le dieran un centavo, no amaba el dinero.
Murió en Cambridge el 29 de abril de 1951, tras negarse a recibir tratamiento médico contra el cáncer que sufría. Se dice que sus últimas palabras fueron: "Diles que mi vida fue maravillosa".

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